Las SbN apoyan una economía circular, restauradora
y regeneradora por diseño, y fomentan una mayor
productividad de los recursos para reducir su desperdicio y
evitar la contaminación, incluso a través de la reutilización
y el reciclaje de los mismos. Las SbN también respaldan
los conceptos de crecimiento verde o economía verde, que
promueven el uso sostenible de los recursos naturales
y el aprovechamiento de los procesos naturales para
sustentar las economías. La aplicación de las SbN al agua
también genera beneficios colaterales de carácter social,
económico y medioambiental, que incluyen mejoras de la
salud humana y los medios de subsistencia, el desarrollo
económico sostenible, empleos decentes, la rehabilitación y
mantenimiento de los ecosistemas y la protección y mejora
de la biodiversidad. El valor de algunos de estos beneficios
colaterales puede ser sustancial y decisivo a la hora de
inclinar la balanza de las inversiones a favor de las SbN.
Sin embargo, pese al largo historial y a la creciente
experiencia en la aplicación de SbN, aún hay muchos
casos en que la política y gestión de los recursos hídricos
ignoran las opciones relacionadas con las mismas —
incluso cuando son evidentes y de eficacia probada. Por
ejemplo, pese al rápido aumento de las inversiones en
SbN, la evidencia sugiere que aún están muy por debajo
del 1% de la inversión total en infraestructura de gestión
de los recursos hídricos.