Medidas de restauración de los ecosistemas urbanos
El proyecto "Agricultura Sostenible y Reducción de Emisiones de Carbono" en Porto Alegre enfrenta tres desafíos clave: la transición de la agricultura convencional a métodos con bajas emisiones de carbono, la conservación de suelos y agua, y la implementación de huertos comunitarios. En una ciudad con 1,332,845 habitantes y 495,390 km², estos desafíos son fundamentales.
Se promueve la adopción de prácticas agrícolas bajas en emisiones y orgánicas a través de incentivos, adquisición de insumos y maquinaria agrícola, alianzas público-privadas, asistencia técnica y gestión eficiente. Además, se establecen huertos comunitarios en escuelas y espacios públicos, fortaleciendo la seguridad alimentaria y promoviendo la educación ambiental.
La relevancia del proyecto radica en impulsar prácticas agrícolas sostenibles y bajas en carbono, expandiendo huertos urbanos para fortalecer la seguridad alimentaria y fomentar la educación ambiental. Se busca establecer modelos replicables que inspiren la transición hacia una agricultura más consciente en otras regiones.
Basado en evidencia científica, el proyecto reduce el uso de productos químicos, protege el suelo con prácticas como la plantación directa y la cobertura permanente, y promueve la diversidad de especies para preservar la biodiversidad.
Iniciativas legales, como la Zonificación Rural y la Ley de Zonas Libres de Plaguicidas, respaldan el proyecto, al igual que programas como la Adquisición de Alimentos y Ferias Ecológicas, que apoyan la producción agroecológica y crean espacios de venta directa del productor al consumidor.
Los objetivos abarcan desde abrir nuevos mercados hasta preservar recursos naturales. Próximos pasos incluyen el Plan de Desarrollo Rural de Porto Alegre, consolidando iniciativas para fomentar la producción sostenible.
A pesar de desafíos como la resistencia al cambio, el proyecto ofrece oportunidades significativas, como producción local de alimentos saludables y educación ambiental. Las enseñanzas prácticas y el respaldo positivo de la población son clave para su éxito, y la práctica emerge como un modelo inspirador para contextos similares en otras ciudades.
