El Ayuntamiento de Timisoara (Rumanía) inició en 2009 la creación de plazas de aparcamiento ecológicas como herramienta para reducir la escorrentía de aguas pluviales y las emisiones contaminantes. Estas plazas de aparcamiento engloban una serie de técnicas aplicadas para reducir la superficie impermeable total de una plaza de aparcamiento, una disminución de la temperatura de la superficie y la creación de una isla verde en zonas urbanas. La mayoría de ellos están situados cerca de bloques de edificios en antiguos barrios industriales. Los objetivos específicos eran mejorar la calidad del aire y del agua; garantizar el máximo espacio de aparcamiento; minimizar el volumen de agua drenada y reducir las fugas de agua procedentes de las precipitaciones; conseguir un espacio de zona verde; reducir las islas de calor humano; evitar la contaminación ambiental debida a las emisiones de los vehículos; y reducir la exposición a la radiación ultravioleta, gracias a las copas de los árboles.