El 1 de junio de 2017, Saint-Etienne Métropole (Francia) se comprometió a aplicar medidas para reforzar la circulación de la fauna entre los diferentes espacios verdes ricos en biodiversidad y las zonas azules de su territorio. Así, la ciudad de Saint-Etienne firmó oficialmente un nuevo plan de mejora de los corredores verdes y azules ("contrat vert et bleu") con 13 socios (entre los que se encuentran municipios del área metropolitana, ONG e instituciones académicas) para el periodo comprendido entre 2016 y 2020. El plan se renovó tras el primer contrato territorial de corredores biológicos (2011-2015). El instrumento de cooperación es una nueva herramienta normativa para la protección de la biodiversidad en toda el área metropolitana. Su objetivo es proteger una red ecológica coherente y funcional formada por reservas de biodiversidad y corredores ecológicos. Se compone de reservorios de biodiversidad: zonas donde la biodiversidad es más rica y está mejor representada, y de corredores ecológicos: las rutas de desplazamiento utilizadas por la fauna y la flora que unen los reservorios de biodiversidad. El plan cuenta con 24 acciones, que pretenden reforzar las ya emprendidas en el primer contrato territorial de corredores biológicos, a saber La protección de espacios (en el marco del plan urbano local, como grandes jardines, árboles notables, jardines de trabajo); la red de senderos peatonales (como el proyecto de bucle verde alrededor de la ciudad, que une las vías verdes actuales); la demolición de espacios degradados para la creación de espacios de respiración (e.g. el islote Rondet-Tarentaize); la recalificación de espacios públicos envejecidos a lo largo de ejes estructurantes (transversal entre la Ópera y el Museo de Arte e Industria, el viaducto de Carnot); y la integración de la vegetación en los grandes proyectos urbanos (p. ej. acero, 3ª línea de tranvía, Châteaucreux).