Santiago de Chile es el centro cultural, económico y político de Chile, donde la falta de regulación condujo a una expansión urbana masiva y a fuertes patrones de segregación socioecológica. Los estudios comparativos también revelaron que Santiago tiene una cantidad media de zonas verdes muy inferior a la recomendada por distintas organizaciones internacionales. La distribución de espacios abiertos en Santiago es muy desigual, donde desiertos urbanos casi completamente desprovistos de cualquier espacio verde contrastan con grandes áreas que representan una ciudad jardín. Aunque actualmente existen varias iniciativas en relación con la planificación y gestión de los espacios verdes en Santiago, tanto por parte de las instituciones públicas como de la sociedad civil, las actividades siguen estando fragmentadas. Por ello, la iniciativa de diseñar un Plan de Infraestructura Verde específico pretende ofrecer una visión conjunta y un marco para catalizar la acción colectiva en pro de una ciudad más verde. El plan representa una contribución a la integración social y espacial, así como a la adaptación al cambio climático en Santiago de Chile. La fase de diseño del Plan se llevó a cabo de forma muy participativa: se implicó a diferentes partes interesadas y se celebraron talleres y sesiones de cartografía.