En 2008, el gobierno de Ecuador puso en marcha el Programa Socio Bosque, un plan nacional de acuerdos de conservación basado en acciones voluntarias impulsadas por incentivos para proteger de la deforestación las zonas de bosque nativo y otros tipos de vegetación autóctona. El programa se aplica sobre el terreno en seis provincias ecuatorianas: Esmeraldas, Morona, Napo, Zamora Chinchipe, Santa Elena y Pastaza. Por cada hectárea de cubierta forestal mantenida, ofrece pagos anuales a los propietarios de bosques privados y comunales pobres. Las actividades de desarrollo de capacidades apoyan la aplicación del Programa sobre el terreno. Este Programa es especialmente relevante, ya que Ecuador tiene una de las tasas de deforestación más altas de América Latina. Desde el año 2000, Ecuador ha perdido el 4,7% de su cubierta forestal. Las principales razones de esta pérdida son la expansión de la agricultura, la explotación petrolera, la tala y la minería, pero también factores institucionales como la inseguridad en la tenencia de la tierra y la debilidad de las instituciones públicas. Aunque se dirige principalmente a las zonas rurales, la combinación de los objetivos de protección del medio ambiente y de mitigación de la pobreza es la característica distintiva del programa Socio Bosque y lo convierte en un buen ejemplo de programa nacional de incentivos para mejorar las ENB multifuncionales.