En 2010, la ciudad italiana de Bolonia puso en marcha un programa de colaboración público-privada denominado "Acuerdo sobre Áreas Verdes en el Interior de las Ciudades" (GAIA, por sus siglas en inglés) con el fin de obtener financiación para plantar árboles en su zona urbana como respuesta a las sequías, las temperaturas extremas y la escasez de agua. A través del GAIA, se convence a las empresas privadas para que compren créditos que compensen sus emisiones y neutralicen su huella de carbono. Los créditos se utilizan después para financiar la plantación de árboles. A cambio de las contribuciones financieras, las empresas reciben beneficios adicionales como auditorías de carbono, talleres sobre temas medioambientales y ventajas de marketing. El plan fue puesto en marcha por la ciudad de Bolonia y se desarrolló en el marco de un proyecto financiado por la UE como resultado de la cooperación de investigadores y diversos agentes públicos y privados de la ciudad. Hasta 2018, el plan ha recaudado 281.000 euros para plantar 2.320 árboles que, según las previsiones, secuestrarán 6.960 toneladas de CO2. El plan se ha reproducido en otras ciudades italianas y contribuye a los objetivos de adaptación climática del Plan de Adaptación de Bolonia para aumentar el número de espacios verdes en las zonas urbanas y promover la seguridad urbana frente a fenómenos meteorológicos extremos.